7.7.09

Crueldad enlatada: Paté


Todos o casi todos, han probado alguna vez el comúnmente llamado Paté de foie o foiegrass. Como es normal en la mayoría de los humanos tomamos las cosas sin hacernos las preguntas básicas: ¿Que es esto? ¿Cómo llega a mí? ¿Por qué lo consumo sin siquiera entender que es?. Vivimos en un modelo que nos quitó esa capacidad de pensar y buscar respuestas, que lentamente nos preparó como maquinitas de consumo. El gusto de nuestro paladar, el placer impuesto, el olvidar la ética y el amor, son algunos de los tantos mecanismos que funcionan en nosotros sin darnos cuenta.


Pero todo cambia cuando alguien se propon
e aprender, investigar y duda de lo impuesto. Es probable que por ello sigas leyendo esto. La conclusión es fea e incómoda pero de lo más gratificante al entender que vivíamos en una verdadera “Matrix” de comodidad e idiotez y que avanzamos para ser mejores seres, y de esa manera, crecer.

Si te diría que a tu mascota le ponemos un embudo que llega directo al interior de su estómago y le descargamos alimento para que de esa manera engorde en tiempos récord. ¿Que opinión tendrías sobre mi? Y si hubiese gente que le gustase las mascotas bien bien gordas y me comprase mis animales engordados a la fuerza. ¿Qué pensarías de esa gente?. Eso somos al consumir ciertos productos.

El panorama es cruel y las respuestas so
n obvias. Pero como en este caso no todos saben lo que ocurre, no nos queda más que difundir y dejar cualquier juicio de lado, e invitar a pensar y reflexionar. Ahora es hora de conocer algo que pasa a diario en nuestra vida y no precisamente con nuestra mascota pero si con otros animales igualmente dulces, cariñosos y sintientes: los patos, gansos y ocas.

El paté de foie no es mas que un procesado del hígado hipertrofiado de uno de estos animalitos sobrealimentados a la fuerza. Irónicamente, ese hígado deforme, es considerado un plato exquisito a nivel mundial.





¿Por qué se utilizan estas aves?

Porque la na
turaleza las proveyó de un hígado capaz de acumular grasa para sus períodos migratorios y al ser humano lo proveyó de una asquerosa mediocridad -pero que podemos superar con nuestra voluntad.



¿Cómo es el proceso?


Alrededor de 16
días antes de que sean muertos, diariamente se les coloca por la fuerza un embudo de más de 40cm de largo por la garganta de manera tal de asegurarse que el “alimento llegue a destino” y se les introduce una mezcla de cereales y grasa -que en equivalencia sería como 12 kg de espagueti para un humano.

Luego de casi 2 semanas de este proceso diario, se intensifica durante los días restantes a 8 veces por día. La meta es lograr que el hígado del animal sea unas 7 veces más grande de lo normal. Más hígado, más plata.

Este proceso lleva al ave a una
lenta agonía de 17 días -desde el comienzo del proceso hasta que su cuerpo no soporta más o es sacrificado. Durante ese tiempo el cuerpo del animal se deforma, se ve imposibilitado de moverse y respirar. Pensar en el solo hecho de que un humano de un “atracón” debe tomarse un “uvasal” o “te-cito digestivo” para bajar la comida da escalofrío imaginar el sufrimiento de estos animales. Seamos dignos de nuestra sapiencia y por tan solo un segundo hagamos el ejercicio de imaginarnos estar en su lugar.



Diferencia entre el hígado normal de un pato y el hígado que se consigue para el foie gras.










Fuente: Blog Gaston Sardelli




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