Nos recostamos a mirar el techo aunque tengamos el cielo a metros de distancia, y es que estamos acostumbrados, el tiempo corre dolorosamente mas de una vez por día, los tiempos muertos, el trabajo forzado, esperar ansiosamente, lo que después queremos que pase, para volver a estar solxs y creer que entendimos algo. A veces pienso que nuestra forma de manejar el tiempo es una herramienta liberadora, la forma de vivirlo, para hablar de libertad es necesario experimentarla, dijo alguien por ahí y llego a muchos corazones que bombeaban brea caliente. Estamos en el abismo, a pocos pasos, pero con una soga atada que no nos deja caer, vas a verlo todo el tiempo, y sentir el vértigo en el pecho, pero las cosas están planteadas de tal manera que tenes que estar vivo, como un rehén de esta realidad. El tiempo transcurre diferente en el trabajo, charlando con amigxs, besándonos apasionadamente, destruyendo todo a nuestro paso en una revuelta que dure días (me hizo pensar mucho en como transcurre el tiempo un articulo sobre la ultima revuelta en Grecia), esta en nuestras manos elegir que hacer con el; no vamos a pasar esto a un plano estúpidamente cargado de misticismo o romanticismo, quizás pecamos de haberlo hecho, pero hablamos de algo concreto, no de abstracciones, es nuestro tiempo de vida lo que esta en juego, y la guerra a todos los prejuicios e ideas domesticadoras salientes de nuestras propias cabezas tratando de volver a la normalidad. Esto viene de todas esas noches vagando juntxs por la ciudad entre la muerte sin ir a ningún lado, con esa euforia de juventud, y sonrisas inolvidables, de trabajar juntxs en proyectos que serian mucho mas que lo planeado a pesar de nunca concluir según lo esperado, de meternos al mar al atardecer y creer que nos ahogábamos y moríamos, de sus sonrisas de complicidad, de sus ojos y dientes rabiosos discutiendo con migo de cosas en las que al final tenían razón. Simón Radowitzky paso 21 años preso por luchar por su/nuestra libertad, tu/mi tiempo va a pasar absurdamente, tratando de liberarte/me, o no haciéndolo, no le escapemos al vértigo, vayamos directo hacia el.
No vamos a destruir relojes, vamos a destruir el tiempo, vamos a destruir todo…Lo que nos separe de nosotrxs mismxs.
Extraído de la segunda publicación de ''Alegría'' (Edita colectivo libertario Gaviota negra)
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