El gran peligro interno es la desesperación del vegano que al estar convencido de la imposibilidad de veganizar a un sector importante de la población se decide a centrarse en otras tácticas: defender reformas de la explotación animal aliándose con los bienestaristas. Tratar de llegar a la política: la "revolución desde arriba" de la que hablaba Antonio Maura en sus tiempos. Y atacar sectores concretos de explotación animal que son minoritarios: caza y tauromaquia.
Según cree el vegano desesperado primero hay que conseguir centrarse en el bienestar de los animales esclavos para luego poder exigir su liberación. Es un pragmatismo un tanto peculiar. Son tantas y tan diversas las formas de explotación animal que necesitarías una inmensa cantidad de personas, tiempo y recursos para ir reformando y eliminando cada una de ellas por separado. No solamente eso sino que también necesitarás el apoyo económico de individuos que no son veganos ni abolicionistas porque la prioridad no ha sido veganizar a la población. Eso sí que sería curioso. Cada nuevo vegano es un paso más a la abolición total. Cada reforma es una añadido más a leyes que sirven como adornos para aliviar conciencias intranquilas.
A la desesperación se llega cuando uno cree que es imposible alcanzar un mundo vegano así que necesitan lograr algún supuesto y engañoso triunfo a nivel reformistas o abolicionista parcial. No pueden soportar la idea de continuar luchando durante toda su vida para que dentro de veinte años ver que la explotación animal continúa igual de firme y asentada que nunca. Pero yo a eso no lo llamaría preocupación real por los animales. Se llama egoísmo emocional puro y duro. Que a uno le preocupa más su satisfacción personal que el futuro de los animales no humanos. ¿Pero cuánto tiempo sufrirán los esclavos por culpa de todos aquellos que pudieron ser veganos y no lo fueron porque se les lavaba la conciencia con propaganda de la esclavitud benévola? ¿Cuanto tiempo tendremos que soportar la explotación animal porque solamente se pide el apoyo económico de la gente sin educarla en el veganismo y sólo se les habla de la abolición de explotaciones animales que no les afectaban?
¿Pero de verdad se puede considerar un triunfo el darles agua a los animales que van a ser asesinados en el matadero que además serán golpeados, mutilados y degollados? ¿Qué clase de logro es el que conseguir jaulas más grandes para las gallinas mientras sigue siendo explotadas, utilizadas y usadas como recursos ponehuevos? Aquellos que piensen de verdad que con reformas y leyes, que por cierto ya existen, y que por supuesto no se cumplen, con leyes que son papel mojado en la práctica, van a conseguir allanar el camino hacia los derechos para los animales no humanos sin que haya una permanente y muy activa educación vegana dentro de la misma sociedad, no son realistas ni pragmáticos sino que viven en la más pura inopia e ilusión autocomplaciente. Entran a formar parte del mismo problema que supuestamente quieren acabar. La industria de la explotación animal los utilizará como medio para obtener una apariencia más favorable de cara al gran público respecto de sus prácticas esclavistas. Se seguirá perseverando en la falacia de que lo que importa es el trato y no el uso. Que no está mal que esclavicemos y matemos animales para nuestro beneficio sino que solamente no deberíamos hacerlo de manera cruel o no demasiado cruel al menos. Así no se lucha sino que se refuerza el prejuicio especista tan arraigado en la sociedad humana.
Que nadie se llame defensor de los animales cuando colabora en su explotación. El mundo puede ser vegano. Si el mundo se hará vegano no lo puedo saber, pero lo que sí sé es que la humanidad entera puede ser perfectamente vegana. Eso me basta. Solamente el veganismo traerá la abolición. La explotación solamente podrá dejar de existir porque un mundo vegano es realmente posible.
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